Chile/Elecciones/2005

Lejanías y justicia intervenida


Me resulta lejano, quintomundista, talibán, ver una cola de hombres, y separadas, apartadas, alejadas, otras de mujeres, para votar.
Me resulta represivo, que te obliguen bajo pena, acudir a votar.
En el mundo civilizado es una opción libre el acudir o abstenerse. Me resulta inútil, perverso, que la autoridad te obligue a ir, a personarte, para inscribirte en un registro electoral, cuando en el mundo civilizado la inscripción es automática al cumplir la mayoría de edad.
Me resulta de tramposos, de tahures, de compravotos, que te prohiban votar desde el extranjero. Tienen miedo, tienen pavor aquellos que pertenecen a las pandillas de apellidos que se replican, con otros cuerpos pero con los mismos y únicos fines de la creación de oportunidades de negocio y defensa de sus intereses personales, familiares y de casta, en el nombre de CHILE.
Me resulta, un insulto, el indulto. Me da asco, me aleja. Presidente infame.
La libertad en Chile hoy, es una quimera. No se puede transitar por ninguna calle de noche, ni morar con tranquilidad, ya que las hordas de delincuentes se han apoderado de la calle con total impunidad.
Me resulta alucinante, que los bomberos nunca encuentren un grifo con agua.
Me resulta doloroso, leer que en un pueblo donde está el astillero que construye los submarinos y lo mismo los destructores, tienen asegurados magníficos sueldos por tres años gracias a los encargos de las fuerzas armadas de chile, que expolian el 10% de las ventas del cobre.
Por cada submarino, cuántos hospitales.
La educación superior es un negocio vil.
Un País que es incapaz de dar asistencia sanitaria integral y universal a sus nacionales, es un País mezquino.
Chile, me parece hoy, un pobre que se ha comprado un traje pagadero con letras y que lleva los zapatos llenos de hoyos.
Santiago de Chile, las calles cuentan con miles de hoyos sin tapar.
Simplemente, divagaciones.