Chile/Elecciones/2005

Un análisis para tomar en serio, es el que realiza Pepe Auth. El es un experto electoral de la Concertación, y basándose en encuestas, elecciones anteriores y su intuición (que generalmente es muy acertada), pronostica los resultados de la primera vuelta de las elecciones.

Según Auth, Bachelet obtendrá 47,3% de los votos; Sebastián Piñera alcanzará el 26,7%; Joaquín Lavín, llegará a 21,4% y Tomás Hirsch quedará con 4%.

A falta de encuestas serias, el análisis de Pepe Auth puede ser un buen indicador de la posición de cada candidato. Frente a la prensa, tanto la izquierda como la derecha criticaron el pronóstico de Auth, pero detrás de las cámaras, en ambos sectores ya han sacado cálculos similares, y también es sabido que Auth no se equivoca por mucho. A 10 días de la elección, la opción de que haya segunda vuelta se ve cada vez más clara, aunque todavía no segura.

Ya vimos que Hirsch probablemente obtendrá una votación muy reducida. Ahora, es interesante analizar las opciones de Lavín. Pese a que 1 de cada 5 chilenos pretende votar por Lavín, se puede decir inmediatamente que Lavín no tiene posibilidades de ganar la elección, por 3 razones:

3. Más del 55% de los votantes dice que ya tiene absolutamente decidido no votar por Lavín. Eso significa, que Lavín nunca podrá obtener más del 50% de los votos.

2. Lo más probable es que Lavín no pase a la segunda vuelta, si es que hay. Aunque está empatado con Piñera, la votación del candidato de RN está creciendo bastante rápido, mientras la de Lavín lleva un buen tiempo estancada.

1. De pasar a una segunda vuelta, casi un 40% del voto de Piñera se pasaría a Michelle Bachelet, reduciendo aún más las posibilidades de Lavín.

Así, no son muchas las esperanzas que quedan para Lavín. Su principal enemigo, es el alto porcentaje de personas que manifiestan rechazo hacia su persona. Eso limita tan seriamente sus posibilidades de crecimiento electoral, que obliga a descartar completamente su opción de llegar a La Moneda en estas elecciones.

Probablemente cuando hayan pasado las elecciones del 2005, se van a producir importantes cambios en las alianzas políticas existentes en Chile.

En primer lugar, la Alianza por Chile está internamente destruida. RN y la UDI son de los partidos más diferentes que podría haber en Chile. Y actualmente sus relaciones son pésimas. Una alianza entre liberales y conservadores, como es la de RN y la UDI, está destinada a terminar más temprano que tarde.

Por otra parte, la Concertación se ha ido separando a lo largo de la campaña. La DC siente que históricamente ha sido un partido más importante que el rol absolutamente secundario que ocupa actualmente en la Concertación. Y para el PS y el PPD, la Democracia Cristiana se está convirtiendo en una oposición interna que molesta bastante.

Además, la UDI probablemente está destinada a reformularse y a desaparecer como la conocemos actualmente. Un partido en el que todos sus candidatos producen altísimo rechazo, no tiene demasiado que hacer.

Con todo esto, el panorama para los próximos años podría quedar de la siguiente manera:

A la izquierda más extrema, el Juntos Podemos, si es que sobrevive al fracaso de Hirsch. En la izquierda más centrada, un pacto PS-PPD. En la centroderecha, la DC, RN, y los fugados más liberales de la UDI que se hunde. Y a la derecha extrema, alguna especie de partido temporal compuesto por Longueira, Novoa y algunos otros del pasado.

Obviamente es imposible saber si esto realmente sucederá, pero juzgando por las relaciones actuales, pareciera que las grandes coaliciones como las conocemos hasta ahora, están llegando a su fin.

5. Porque en las elecciones presidenciales de 1999, sacó 0,51% de los votos, sólo superando, y por muy poco a Sara Larraín y a Arturo Frei Bolivar.

4. Porque la subida de la Alianza en las últimas encuestas hará que algunos indecisos entre Bachelet y Hirsch, intenten lograr un triunfo de Bachelet en primera vuelta, así quitándole votos a Hirsch.

3. Porque en la encuesta CERC de Santiago Oriente el Juntos Podemos sacó 7% por ciento, y en esa circunscripción el pacto de izquierda saca un porcentaje un poco más alto de votos que en el total del país.

2. Porque Hirsch tuvo su gran momento después del primer debate, y lo dejó pasar. Tenía todas las cámaras y era presentado como la candidatura alternativa, y no tuvo nada interesante que proponer, sino que se dedicó a criticar al resto.

1. Porque Bachelet, al estar perdiendo parte del centro, va a dirigir parte del final de su campaña a reconquistar el voto de izquierda y así intentar ganar en primera vuelta, o estar muy cerca de lograrlo para llegar bien posicionada a la segunda vuelta.

Considerando todo esto, y pese a lo que el mismo repite todo el rato, Hirsch probablemente sacará cerca de un 6% de los votos, manteniendo una votación similar a las anteriores de la izquierda. En las votaciones de diputados el pacto Juntos Podemos superará el 6%, pero no en las presidenciales. Hirsch ha sido más que nada un fenómeno mediático, bastante apoyado por algunos medios de derecha que han visto en él, la posibilidad de una segunda vuelta.

Sebastián Piñera ha sacado suficientes votos de la Concertación, como para asustar al comando de Bachelet y a la DC.
Pero, si es que Piñera pasa a la segunda vuelta, su principal opositor puede no estar en la izquierda, sino que en la extrema derecha.

¿Por qué?

Porque muchas de las personas que han abandonado a la Concertación y se han sumado a la opción de Piñera, lo han hecho porque Piñera representa a un sector que se opuso a la dictadura, que busca el progreso del país y que promueve la unidad. Pero si en una segunda vuelta Lavín apoyara a Piñera y hablara del apoyo de la UDI a Piñera, todo lo anterior dejaría de servir.
Con la UDI apoyando a Piñera, probablemente la gran mayoría de los votantes de centro volverían a votar por la Concertación para evitar un gobierno en el que la UDI tenga poder.

Así, el principal problema que enfrentaría Piñera en una segunda vuelta, sería alejarse de la UDI para no perder los votos de los concertacionistas desencantados, pero al mismo tiempo, sin perder los votos de la UDI.
Entonces, aunque parezca imposible, el próximo presidente de Chile, podría estar dependiendo de como actúe Joaquín Lavín.

En una hipotética segunda vuelta entre Michelle Bachelet y Sebastián Piñera en enero 2006, se reodenaría el escenario electoral.

¿Qué podría pasar?

Actualmente, lo que se sabe es que en una segunda vuelta, los candidatos están así:

Si es que Bachelet deja de bajar, y se mantiene donde está, tendría seguro un 45% de los votos (habría que eliminar nulos y blancos pero en este cálculo no es realmente relevante).
Si se estima que Hirsch supera su 0,51% de la elección de 1999, y se acerca más a un 6% que sería cercano al promedio de la izquierda, se puede asumir que esos votos pasarían en su gran mayoría a Bachelet en la segunda vuelta.
Así, Bachelet podría tener cerca de un 51%, lo mismo que consiguió Ricardo Lagos en enero de 1999.
Pero asumiendo que Piñera seguirá ganando votos del centro desencantado con Bachelet, realmente se puede predecir una segunda vuelta muy cerrada. Cada voto que Piñera gana del centro, se le descuenta a Bachelet.

Entonces, ¿cuál es la conclusión?

La conclusión es que las elecciones no están definidas, si es que pasa Piñera a la segunda vuelta. Si pasara Lavín, no hay mucho que especular. Más del 50% de las personas dicen que tienen decidido no votar por el. En otras palabras, Lavín no será el próximo presidente de Chile.
Bachelet todavía tiene altas posibilidades de ganar en primera vuelta, pero de no lograrlo, Piñera puede resultar un candidato complicadísimo de derrotar para la Concertación.

Es interesante ver donde le toca votar a algunas personalidades de diversos ámbitos de Chile:

Sebastián Piñera: Liceo A-26, El Centro.

Michelle Bachelet: Verbo Divino, El Golf.

Tomás Hirsch: Antonio Hermida Fabres, Peñalolén.

Joaquín Lavín: Scuola Italiana, El Golf.

Ricardo Lagos: Liceo A-26, El Centro. ¿Se encontrará con Piñera? Apuesto que no.

Soledad Alvear: Liceo Augusto D'Halmar, Plaza Egaña.

Iván Zamorano: Escuela D-259, Cerrillos.

Kenita Larraín: Colegio Nuestra Señora del Rosario, Las Condes.

Cecilia Bolocco: Alianza Francesa, Vitacura.

Kike Morandé: Scuola Italiana, El Golf.

Y por supuesto, ninguno es vocal de mesa.

Con la subida de Piñera y la caída de Michelle Bachelet, casi todos los medios simplemente asumieron que habrá segunda vuelta en las elecciones presidenciales.

Pero, ¿Cuán seguro es esto?

Bachelet, si se consideran los votos válidamente emitidos, en todas las encuestas sigue estando muy cerca de ganar en primera vuelta. Si la campaña del gobierno y del comando funciona, perfectamente la elección podría definirse el 11 de diciembre.

Pero por el momento, la Concertación está haciendo una campaña equivocada. Cada vez que la DC ataca a Piñera, le regala publicidad y votos por simpatía.
Bachelet es la candidata que va cayendo y ya nadie quiere estar tan cerca de ella, lo que le hace las cosas más difíciles.

Por otra parte, Piñera sigue haciendo una campaña acertada, hablando de unidad y crecimiento. Así, logra ganarse a los votantes DC a los que Bachelet nunca convenció y que siguen pensando en Soledad Alvear como la mejor candidata.

Considerando todos estos antecedentes, y aunque la votación del 11 de diciembre de Bachelet será elevada, desde este sitio se predice que en las elecciones presidenciales del 2005, hay segunda vuelta.

Desde la publicación de la última encuesta CEP, se nota un cambio en la estrategia de campaña de la Concertación. Además de haber sacado a Bachelet a hacer campaña en persona, la Concertación ha optado por atacar directa y constantemente a Sebastián Piñera.

¿La razón de esto?

Piñera está empezando a quitarle votos del centro a Bachelet. Y lo está haciendo rápido. Piñera tiene un espacio amplio para que su candidatura siga creciendo. Así, la Concertación ha optado por dejar absolutamente en paz a Joaquín Lavín -intentando ayudarlo a pasar a segunda vuelta porque es el rival más débil- y empezar los ataques al candidato de RN.
En la franja electoral se vio como la Democracia Cristiana atacó en el nivel personal a Piñera, y Bachelet ha dedicado todas sus apariciones públicas a mostrar que Piñera es un empresario de derecha.
Así, la Concertación ha confirmado lo dicho por la encuesta, y ha descubierto que su principal enemigo está en la centroderecha.
El problema es que, la Concertación está olvidando que en Chile las campañas negativas no funcionan bien, y así, finalmente, todas las críticas que están haciendo hacia Piñera, se están transformando en propaganda gratis y simpatía, para su principal contendor.

Un tema esencial para el desarrollo del país ha sido olvidado e ignorado en cada debate. La delincuencia aparece en cada discusión. También lo hace el empleo. Nadie se olvida de los impuestos.

Pero, ¿dónde está la educación?

Chile no puede pretender progresar si sigue olvidando la educación. Este es el elemento esencial del desarrollo de un país, y ha sido dejado fuera de la discusión actual. Nadie sabe que pretende hacer cada candidato con el tema de la educación. Bachelet hace unos meses insinuó algo y luego lo olvidó. El resto, ni ha tocado el tema.
La educación es el complemento necesario para el crecimiento económico. Es la gran posibilidad de terminar con la desigualdad en el país. Por el momento, Chile tiene un rendimiento lamentable en los exámenes internacionales. Y eso sin duda repercute en la situación interna nacional.
Es de esperar que eventualmente los candidatos recuerden este tema secundario y lo lleven, con sus propuestas, al primer nivel de importancia.
El país puede seguir creciendo y generando empleo, pero la desigualdad y la pobreza sólo serán derrotadas en forma definitiva con educación de calidad, accesible para amplios estratos de la población.

Sin duda esta es una solución a largo plazo. Pero a fin de cuentas, todas las soluciones buenas lo son.

1) Tomás Hirsch, candidato del pacto Juntos Podemos, dijo en el debate presidencial que la encuesta CEP era hecha en los pasillos de esa institución. Hirsch, se dio el lujo de mirar a los ojos a todo Chile, y mentir sin ningún problema. Hirsch, como empresario y candidato, sabe perfectamente bien como funcionan las encuestas, y sabe que la del CEP es lejos la encuesta más seria, independiente y confiable que se hace en Chile.
Un candidato que miente, no por ignorancia, sino que para conseguir votos, no merece el más mínimo respeto. A cada persona que vio el debate, Hirsch le mintió. Los otros candidatos podrán prometer grandes proyectos, ser muy optimistas, incluso ilusos, pero ninguno está mintiendo a propósito y con intenciones electorales. Después de anoche, cada cosa que diga Hirsch será evaluada como una probable mentira para conseguir votos.

2) La encuesta CERC, publicada hoy, es una simple encuesta senatorial. Además de eso, la encuesta está bastante mal hecha. Todos los medios que apoyan a Bachelet (no es necesario reiterar cuáles son) han señalado que "Bachelet ha vuelto a subir" y otras cosas por el estilo. Incluso han puesto la encuesta como gran titular. Otros medios, neutrales, por ignorancia han promocionado esta encuesta.
La encuesta CERC, más allá de que esta sea una institución que se limita a presentar públicamente su encuesta, está siendo utilizada por la prensa. La encuesta CERC es una simple medición senatorial de Santiago Oriente. No representa en absoluto la opinión de todos los chilenos. El hecho de que los medios presenten está encuesta casi con la misma importancia que la del CEP muestra dos cosas tristes. Una, es la poca ética de los editores periodísticos, que no tienen problemas en engañar a las personas con tal de apoyar a su candidato, y la otra es la ignorancia de algunos editores periodísticos, que ven la palabra "encuesta" y sin ser capaces de leer alguna palabra más, publican todo como si fuera la verdad absoluta.

En resumen, la manipulación de los electores se está convirtiendo en una carta peligrosa, que esperemos los medios empiecen a controlar. La ética es esencial en todo ámbito de trabajo, y debe ser el principio fundamental de los medios de comunicación, que por ahora se dejan llevar con facilidad por la conveniencia política.

Bachelet: estuvo bien. Tranquila en general, pero sin proponer ideas nuevas. Trató de acercarse a la figura de Lagos, siendo que éste ha mantenido su alta popularidad. La noticia de su caída en la encuesta CEP la afectó, y no tuvo la soberbia que había mostrado en los últimos meses. Va a ser interesante ver si empieza a trabajar más en serio en su campaña.
Un dato curioso es que Bachelet, que vive en Vitacura, se declaró de "clase media" y dijo que le alcanzaba para llevar una vida digna. No merece muchos comentarios...

Lavín: mucho mejor que en el debate anterior, pero eso no significa nada. Estuvo más calmado y un poco más constructivo (y menos loco). Su estrategia se centró en pegarse a Sebastián Piñera. Una interpretación de esto, es que al acercarse a Piñera, aleje a los votantes de centro que está conquistando Piñera; así bajaría la votación de Piñera y pasaría él con el voto de la derecha dura a la segunda vuelta.

Piñera: de menos a más. Se fue afirmando a lo largo del debate y terminó mostrando que tiene conocimientos de diversas áreas. Quería parecer un candidato de la democracia cristiana, y por momentos lo logró. Habrá que ver si esto le cuesta algunos votos de la derecha.

Hirsch: un poco menos loco que en el debate anterior, pero más mentiroso y populista. Hirsch mintió descaradamente sobre la encuesta CEP. Intentó descalificar a Piñera por ser empresario, sin acordarse de que el también lo es (Piñera se lo recordó rápidamente). Terminó criticando a todos, incluso a las preguntas del debate, y demostró por qué es que su postura sólo concentra el 3% de los votos.