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miércoles, marzo 02, 2005 

La historia de Chile

Es común escuchar quejas por el estado de las cosas en el país, y escuchar que se exige que se arreglen de forma inmediata.

Los candidatos prometen terminar con la delincuencia y el desempleo. Y eso es lo que los votantes quieren. Soluciones a sus problemas diarios.
Pero las soluciones rápidas generalmente son soluciones superficiales.

Si todas las personas fuesen capaces de entender eso, y en lugar de exigir soluciones inmediatas, tuvieran paciencia y apoyaran la implementación de soluciones a largo plazo, el país probablemente conseguiría un progreso de mejor calidad.

Pero como lo que se pide son soluciones rápidas, lo que los candidatos ofrecen son soluciones rápidas. Prometen resolver todos los problemas del país en sus 6 años de gobierno, en vez de prometer que a lo largo de su gobierno van a construir las bases sobre las cuales se sustentará el progreso de Chile que será visible en 50 años más.
Los países que lograron pasar del subdesarrollo al desarrollo durante el siglo veinte, lo hicieron a través de décadas de crecimiento sostenido; y no a pequeños golpes de progreso.

Por otra parte, una persona que es víctima constante de la delincuencia también tiene derecho a exigir una solución que de resultados rápidos.
Entonces lo que se debe encontrar es un equilibrio entre las soluciones instantáneas y las soluciones reales.
Poner un carabinero en una esquina no va a terminar con la delincuencia. Mejorar el sistema educacional si lo hará. Pero los cambios profundos toman tiempo, y mientras tanto de todas maneras se requieren algunas soluciones rápidas.
Así, la mayoría de los recursos deberían concentrarse en mejorar la educación, comprendiendo que esta es la solución a la mayoría de los problemas de una sociedad, pero sin dejar de lado algunas soluciones más superficiales, que pueden hacer más soportable el camino hacia el desarrollo.